En primer lugar, escribo esto porque lo necesito.
En segundo lugar, le dedico esto a mi abuela, a la que tantas veces aguantó malas caras y contestaciones de niña pequeña y adolescente, porque a la persona que soy ahora ella no pudo llegar a conocerla; por eso le dedico este escrito, porque si bien ella ha cerrado sus ojos para no volver a abrirlos nunca más, para mí y para todos su desparpajo desapareció hace algún tiempo. Sus facciones no se volveran a reflejar jamás delante de mis ojos verdes, y eso es algo que me desasosiega profundamente, y me entristece también; pero, ¿qué hacer?, supongo que el ciclo vital no hace nada más que seguir, y hay muchas cosas por las cuales merece seguir sonriendo, y no entristeciéndose, y porque, según Deborah Wild y una postal que me regalaron, «La vida a veces no es fácil, pero descubrirla puede ser maravilloso». Brindo también por los cafés como excusa para conversaciones interminables, por las películas que nos hacen soñar, por la gente que da su vida por y para los demás, por las reconciliaciones pasionales, por la sensación de placer que se experimenta al cruzar la frontera hacia Francia y ver que los árboles no son iguales que en nuestra tierra, por decir tierra en vez de país, nación o estado, por tener un atisbo de esperanza respecto a la paz en el mundo, por las culturas y lenguas minoritarias, por que el dinero no lo compra todo ni puede salvar al mundo, por descubrir que al final, tantos enfados sólo han servido para darnos cuenta de que el amor entre personas es lo más importante y que nada tiene sentido sino es amor...
Por ti, Isabel Hidalgo Caro.
Para siempre, con amor, con mucho amor...
En segundo lugar, le dedico esto a mi abuela, a la que tantas veces aguantó malas caras y contestaciones de niña pequeña y adolescente, porque a la persona que soy ahora ella no pudo llegar a conocerla; por eso le dedico este escrito, porque si bien ella ha cerrado sus ojos para no volver a abrirlos nunca más, para mí y para todos su desparpajo desapareció hace algún tiempo. Sus facciones no se volveran a reflejar jamás delante de mis ojos verdes, y eso es algo que me desasosiega profundamente, y me entristece también; pero, ¿qué hacer?, supongo que el ciclo vital no hace nada más que seguir, y hay muchas cosas por las cuales merece seguir sonriendo, y no entristeciéndose, y porque, según Deborah Wild y una postal que me regalaron, «La vida a veces no es fácil, pero descubrirla puede ser maravilloso». Brindo también por los cafés como excusa para conversaciones interminables, por las películas que nos hacen soñar, por la gente que da su vida por y para los demás, por las reconciliaciones pasionales, por la sensación de placer que se experimenta al cruzar la frontera hacia Francia y ver que los árboles no son iguales que en nuestra tierra, por decir tierra en vez de país, nación o estado, por tener un atisbo de esperanza respecto a la paz en el mundo, por las culturas y lenguas minoritarias, por que el dinero no lo compra todo ni puede salvar al mundo, por descubrir que al final, tantos enfados sólo han servido para darnos cuenta de que el amor entre personas es lo más importante y que nada tiene sentido sino es amor...
Por ti, Isabel Hidalgo Caro.
Para siempre, con amor, con mucho amor...
4 comentarios:
Estoy vacío. Llevo una chapa blanca
Que especiales son las abuelas...
un besazo wapa!!
y voy a escuxar la canción que me recomendaste XD
No se que escribirte Isabel. Muchas veces como has hecho ahora escribimos sin esperar una respuesta, solo buscamos expresarnos y nos importa poco si les gustara a los demás o no, lo hacemos por nosotros mismos.
Creo que esta ha sido una de esas veces.
Una vez una amiga me dijo, "mente positiva Juan, eso es lo más importante, da igual el que ocurra, solo, mente positiva".
¿Sigues viva?
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