sábado, 23 de enero de 2010

El puerto de un príncipe desaparecido


Ella siempre deseó ser diferente a los demás, y no dejarse llevar por aquellas olas de materialismo -no el histórico, sino el otro- que estaba de moda. No entendía porque se aburría en las conversaciones, y no es que fuera más inteligente, sino que tenía tantas ideas que no podía plasmarlas, y cuando intentaba explicarlas pensaba que nadie podría entenderlas, y no le daba tiempo a que la escuchasen.
Sus múltiples aficiones la llevaron a viajar, porque no tenía nada que dejar atrás, algunos buenos amigos, sí, pero también entendía que cada uno tiene su vida y es lo que había.
Y a lo que iba, ella viajó y viajó siempre con el deseo de haber querido vivir en otra época en la que las múltiples ideas creativas que ella tenía se hubiesen llevado a cabo. Pero ahora no podía; lo único que podía hacer era volar y ayudar a quien más lo necesitaba, pensaba a menudo. Ninguna carrera universitaria la llenaba, bueno sí, una carrera que ella había inventado, mezcla de sus conocimientos preferidos, pero que nadie le había aceptado, aunque ella había intentado patentar esos estudios. Y claro, se fue a ayudar a múltiples países, buscando también un hombre maduro que la acompañara, porque nadie había sabido apreciar su belleza interior y exterior, que tenerla la tenía, y mucha, por cierto.

Un día ella desapareció, y nadie más la volvió a ver. Por lo visto, un terremoto de alta escala que aconteció en un país del centro de América, el continente preferido de ella, hizo que desapareciera mientras trabajaba en un hospital de aquel país. Su familia, que la quería mucho, aunque ella no lo quisiera saber, nunca se perdonó el haberla dejado marchar, y sólo supieron de ella que la encontraron con un hombre cojida de la mano; ése hombre era nativo de su país. Su cuerpo no pudo viajar hasta su país de origen, porque el aeropuerto de aquel país estaba colapsado, y sus padres no pudieron enterrarla.

Ésto va dedicado a esas personas que tienen sueños que nunca se llevan a cabo.

Y a ese pequeño gran país que no se va de mi cabeza.

Y a esos niños.

Y a todo el mundo que, buscando un camino, dan parte de su vida a los demás y encuentran la felicidad.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Me gustaría tener buenas palabras, pero a veces, como se a quién te refieres... no puedo.

Ninguna palabra que diga será digna de tal persona, de tantas personas...

Es mejor el silencio, y eso haré.

" "

La vida es un teatro dijo...

No sé a quién te refieres, no te entiendo del todo, JD.

Unknown dijo...

He vist pel facebook que has publicat això i he entrat espessament per deixar-te aquest comentari.
Quan he començat a llegir el text he pensat "la noia de la història és com jo!" i a mida que anava avançant el relat me n'he adonat que la noia de la història també és com tu. No ho sé, a vegades penso que tenim més en comú del que les dues pensem.
Per altra banda, el terratrèmol a Haití m'ha trasbalsat molt a mi també. A principis de setmana li vaig dir a la meva mare que volia anar allà, que m'ajudés a trobar la manera. Estava disposada a deixar la feina, a començar tard el segon semestre perquè sí, a mi també se'm trenca el cor quan veig tot això, i quan veig que d'aquí uns anys, tot aquest dolor passarà a l'oblid.
A dia d'avui, encara no he trobat la manera i a cada telenotícies que veig, no puc evitar que em caigui alguna llàgrima. Potser sóc una exagerada, o potser extremadament empàtica però m'enrabia massa la no-acció de la nostra societat.
M'ha agradat molt, Isa, moltíssim, de veritat.
T.

Unknown dijo...

(per cert, trobo que el títol, malgrat tot el que ve després, és molt dolç)

isa dijo...

Gràcies T per les teves paraules. Les he contestades al teu blog. Me n'alegro de poder compartir amb tu tants somnis i maneres de viure.

No pienses que estoy muy triste
si no me ves sonreir
es símplemente despiste
maneras de vivir.
Me sorprendo del bullicio
y ya no sé qué decir
cambio las cosas de sitio
maneras de vivir.
(Leño)

Att,
Isa.

Asterion dijo...

(*)

(*) No hay nada como un tiempo fuera del hogar para aprender a quererlo.